M. F. Rovira bangkok
Un monje budista, uno de los cientos que la Junta Militar de Birmania ha detenido en las últimas tres semanas por encabezar manifestaciones antigubernamentales, denunció interrogatorios severos y torturas en la cárcel,. «Día y noche, sacaban un monje tras de otro de las celdas para ser interrogados.
Algunos regresaban con golpes en la cabeza y magulladuras en el cuerpo, otros con la espalda encorvada o cojeando», dijo el bonzo, de la etnia shan, que no quiso revelar su identidad por temor a que su familia sea represaliada en Birmania.
Los guardas les repetían continuamente que ya no eran monjes, y les obligaban a desvestirse y a ponerse ropas de civil, explicó el bonzo.
El religioso, que se ha refugiado en Tailandia tras ser excarcelado el pasado día 4, indicó que lo detuvieron la madrugada del 27 de septiembre junto a otros 400 monjes y que les encerraron en la prisión militar de Mingladon, en las afueras de Rangún.
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