BRUSELAS, 9 (EUROPA PRESS)
La coordinadora en Europa de Human Rights Watch, Clair Ivers, pidió hoy que la UE "siga el ejemplo de Estados Unidos" que, explicó, "ya ha impuesto sanciones económicas a 14 dirigentes militares" de Birmania, lo que significa que tienen vetadas las operaciones bancarias que pasen por entidades financieras estadounidenses.
Tras calificar la situación en Birmania de "desastrosa", insistió en que tal medida por parte de la UE "puede tener un efecto positivo" y pidió a la UE "no enviar señales divergentes" al régimen militar.
Por otra parte, pidió a la UE que utilice "su influencia con Singapur" donde, precisó, "la mayor parte del régimen militar no sólo tiene sus cuentas bancarias sino que también es donde va de compras".
Birmania, escenario de recientes manifestaciones encabezadas por los monjes budistas que dieron nombre a la denominada "Revolución azafrán" y se saldaron con al menos diez muertos, entre ellos un periodista japonés, necesita, a juicio del vicepresidente de International Crisis Group en Europa, Alain Délétroz, "que la ONU garantice cierta presencia" en el país.
"Es muy difícil conseguir información de Birmania sobre lo que está pasando" allí, reconoció, e instó no sólo a la UE, sino también a China, Rusia, India y Estados Unidos a promover "negociaciones entre los militares" que gobiernan el país y la opositora y premio Nobel de la Paz, Aung Sang Suu Kyi. "Hay una oportunidad para cambiar el régimen", incidió, a pesar de reconocer que ésta es "pequeña".
CHAD
Por otra parte, el director del programa de la organización de ayuda humanitaria Oxfam en Chad, Roland Van Hauwermeiren, se mostró hoy de acuerdo con la iniciativa de la ONU de desplegar una fuerza multinacional en el país centroafricano aunque advirtió de que si la composición del contingente es mayoritariamente de nacionalidad francesa "no será aceptado por una parte importante de la población".
Insistió en que la misión de paz debe ser "neutral" y valoró que, debido a circunstancias históricas, "un contingente cuya composición sea mayoritariamente de nacionalidad francesa sería visto como una extensión de las fuerzas gubernamentales o como un socio del Gobierno y no será aceptado por una parte importante de la población".
Por su parte, Délétroz, no escondió su temor al establecimiento de "una misión europea" con una excesiva presencia de la troika europea y lamentó que "las operaciones en misión de paz sean vistas sólo desde su perspectiva militar".
"Es necesario que se dé un proceso político dentro de Chad" con la ayuda de la Unión Europea para que "esta misión no sea sustituida eventualmente por otra misión de la ONU" y también incidió en que un despliegue que implique "a Francia y (al presidente chadiano, Idriss) Debby solamente no será creíble" y reconoció "muy positivo que sea comandante irlandés" quien esté al frente de las operaciones de la misión sobre el terreno.
Por otra parte, calificó de "falsa" la idea de que la violencia en el este de Chad "está relacionada con la crisis de la conflictiva región sudanesa de Darfur y denunció que ni el presidente de Chad, ni el de Sudán, Omar al Bachir, ni el libio, Muamar Gadafi, "quieren vincular la fuerza militar a un proceso político" en Chad, como tampoco, dijo, "quieren una fuerte presencia de la ONU en la región".
Asimismo, precisó que el contingente militar que será desplegado, de acuerdo con la resolución de Consejo de Seguridad de la ONU que lo aprobó "es un proyecto regional" del que también se verá beneficiada República Centroafricana.
CAUSAS SUBYACENTES
Van Hauwermeiren se mostró favorable a "dividir las actividades humanitarias y la fuerza de protección militar" y la necesidad de ir a las causas subyacentes del conflicto en Chad: "la enorme pobreza en un país subdesarroyado y la estructura política muy difícil que existe en Chad, lo que hace difícil la buena gobernabilidad del país".
Asimismo hizo hincapié en que "la protección militar sólo tendrá sentido si va acompañada" de otras iniciativas que contribuyan a atajar los problemas de raíz en el país y subrayó la necesidad de "utilizar los recursos para presionar a la UE" para que promueva negociaciones en Chad.
A su juicio, Chad se enfrenta a dos amenazas fundamentales: los choques entre grupos étnicos en un país donde ascienden a 180 grupos tribales y el problema militar que suponen los grupos rebeldes en la oposición y armados. Además, en Chad hay 171.000 personas desplazadas por la violencia y 230.000 refugiados.
Chad es uno de los asuntos que hoy debatieron las organizaciones humanitarias y de defensa de los Derechos Humanos, Human Rights Watch, International Crisis Group y Oxfam International, y que las tres consideran importantes a debatir de cara a la reunión informal de ministros de Asuntos de Exteriores de la UE los próximos 14 y 15.
UZBEKISTAN
Por otra parte, Ivers pidió a la UE que no "ponga fin a las sanciones que aplica a Uzbekistán", algo que, recordó, debe debatir la semana próxima. A su juicio, Bruselas "debe mantenerlas" porque el Ejecutivo de Tashkent "no ha dado ni un paso" para mejorar y proteger los Derechos Humanos. Tampoco, dijo, ha liberado a 13 activistas pro Derechos Humanos entre los que se encuentra un periodista.
Por este motivo, pidió a la UE hacer un nuevo llamamiento a las autoridades del país centro-asiático para el Gobierno "libere a los detenidos y mejore los Derechos Humanos", al tiempo le pidió que transmita a Tashkent la necesidad de que "deje trabajar libremente a las Organizaciones No Gobernamentales (ONG)".
A juicio de Délétroz, si la UE retira sus sanciones a Uzbekistán, cuyas autorizades han reprimido duramente y disparado indiscriminadamente contra miles de manifestantes, el actual mandatario del país, Islam Karimov, "lo utilizará" y "aumentará el sufrimiento de la población". En este sentido, recalcó que "las sanciones están dirigidas contra personas del Gobierno y no afectan a la población".
No obstante, lamentó que "pocos Estados miembros parece que van a defender la prolongación de las sanciones, entre cuatro y seis de 27", algo que ha su juicio es "una catástrofe" porque además un frente unido en este punto, dijo, "podría demostrar la capacidad de la UE para tener una política exterior común".
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