El embargo impuesto por EEUU y la UE no impide la llegada de material bélico a manos de la Junta para potenciar sus actividades represivas
BANGKOK, 13 (EP/AP)
A pesar de que Birmania es considerado por la comunidad internacional como un Estado 'paria' por lo que a su lamentable actividad en el campo de los Derechos Humanos se refiere, el país asiático sigue siendo uno de los principales clientes de las potencias armamentísticas mundiales, como India, Rusia o Ucrania, a pesar del embargo impuesto por Estados Unidos y la Unión Europea, dado que cuenta con el segundo Ejército más grande del sur de Asia, compuesto por más de 400.000 soldados.
Los países que venden armas a la Junta Militar que gobierna Birmania son absolutamente dispares en cuanto a sistema político. El Gobierno birmano, en el punto de mira desde hace un mes por su violenta represión contra las actividades pro democráticas encabezadas por los monjes budistas, compra armas tanto a la democracia más poblada del mundo, como es India; como a uno de los regímenes más opresivos y restrictivos en lo que a libertades se refiere, esto es, Corea del Norte. Ninguno de ellos ha declarado su intención de abandonar las operaciones de suministro después de la intervención de la Junta contra los manifestantes.
Los principales Estados que venden armas a Birmania son Rusia, China y Ucrania, tres Estados que, a pesar de que pueden ser críticados por fortalecer el poder militar del régimen, no están violando flagrantemente ley, tratado, o acuerdo internacional alguno.
'Estos países pueden proveer a Birmania con todo lo que la Junta desee. Lo llevan haciendo desde los últimos 15 años', explicó el investigador del Proyecto de Transferencia de Armas del Instituto Internacional de Estudios para la Paz (SIPRI), Siemon Wezeman.
La mayoría de estas transferencias entran dentro de la legalidad, e incluso se informa de algunas de ellas a Naciones Unidas. Sin embargo, otros países más sensibilizados con la respuesta de la comunidad internacional, suelen encubrir este tipo de actividades. India, así como Israel o Singapur se cuentan entre estos Estados.
Las únicas restricciones en la venta de equipos militares a Birmania son autoimpuestas. El embargo más prohibitivo es el declarado por Estados Unidos y por la UE, mientras que países como Corea del Sur han impuesto al Gobierno birmano unas sanciones más laxas e informales. Por ejemplo, tanto Washington como la UE prohíben la venta y la reventa de cualquier tipo de equipo militar a Birmania, pero otros países sancionadores aceptan la venta de armas por terceras partes, que efectúan transacciones reguladas, con tecnología garantizada a través de la concesión de una licencia de fabricación.
Como resultado, la Junta se ha convertido en un ávido cliente de aquellos países que 'han cimentado su reputación internacional vendiendo armas a casi cualquier régimen', afirmó el doctor Paul Holtom, otro de los investigadores del SIPRI.
El Ejército birmano es el segundo más grande de la región, después del vietnamita, pero es el más importante en lo que se refiere a proporción de soldados por habitante. Es uno de los países más pobres de Asia, pero ha modernizado su equipamiento a un ritmo salvaje tras las penúltimas protestas de 1988, el año en el que la Junta se instaló en el poder, iniciando un régimen que perdura hasta nuestros días.
¿POR QUÉ?
La primera y más importante razón por la que un país quiere vender armas a Birmania es el beneficio que obtienen por ello. Según los registros del SIPRI, Birmania ha importado material bélico de China por un coste superior los 1.119 millones de euros desde 1988. Entre las adquisiciones se cuentan aviones de combate, sistemas de radar, misiles tierra-aire, aire-aire de corto alcance y vehículos acorazados.
Rusia ocupa el segundo lugar en ventas a la Junta Militar. Birmania ha comprado material armamentístico a Moscú por valor de 279 millones de euros, según la lista del SIPRI, que sitúa en tercer y cuarto lugar a Serbia y a Ucrania.
El resto de razones son de carácter geopolítico. En el caso de India, el Gobierno de Nueva Delhi superó su rechazo inicial al golpe de Estado de 1988 después de ver como China se introducía cada vez más en el entorno comercial político y militar birmano, incrementando la amenaza estratégica para el Gobierno indio, ya que con el consentimiento de la Junta, el Ejército chino tenía las puertas abiertas al océano Índico.
Por ello, además de iniciar la venta de armas, el Gobierno de Nueva Delhi intentó conseguir la cooperación de Birmania en la lucha contra los grupos separatistas del noroeste del país. India aparece en los archivos de venta internacional de armas del SIPRI a principios de 2005, cuando confirmó la entrega de dos aviones ligeros de carga modelo BN-2 Islander, de fabricación británica, aparatos no destinados en principio, a uso militar.
Mucho más polémicos han sido los anuncios de una posible venta de helicópteros de combate indios ALH. Muchos de los componentes del aparato han sido fabricados por países iniciadores de un embargo armamentístico contra Birmania. La venta está ahora en el limbo, pero opositores a la Junta Militar advierten de que esta operación atenta contra las reglas del embargo impuesto por la UE, y podría hacer peligrar las relaciones comerciales entre Europa y Nueva Delhi.
El Gobierno indio, por su parte, niega la venta directa de armas al régimen birmano, pero ha reconocido los acuerdos de defensa establecidos entre ambos países para luchar contra los rebeldes en la frontera que ambos comparten.
Birmania es, además, el destino del equipamiento obsoleto que los países almacenan. Se trata de Estados como Rusia, Serbia o Ucrania, que intentan extraer beneficio del material que se ha quedado obsoleto y almacenado tras la Guerra Fría sin uso inmediato.
Israel es otro país considerado por los investigadores como uno de los principales proveedores de material armamentístico al Ejército birmano. Según la prestigiosa revista de temática militar Jane's Intelligence Review, el Gobierno de Tel Aviv ha vendido armas a Birmania en numerosas ocasiones, algo que Israel niega.
El vendedor misterioso es Corea del Norte. Se cree que Pyongyang ha facilitado a Birmania armas como misiles Scud que, por su poder destructivo y por alcance, otros países no se han atrevido a vender. Los detalles, como es lógico por tratarse de dos de los gobiernos más silenciosos del mundo, son poco claros, pero los expertos creen que Corea del Norte, tan empobrecida como se encuentra, es 'fuente de último recurso' para aquellos compradores que no pueden obtener armas en ninguna otra parte.
A pesar de que la calidad del armamento norcoreano es 'bastante inferior' y que Birmania puede conseguir 'mejor material de Rusia, China o de un montón de otros países', según Wezeman, Pyongyang ha entregado 16 grandes piezas de artillería como parte de unos acuerdos que, según Jane's, son sólo la punta del iceberg.
Sin ir más lejos, se cree que Birmania ha llegado a solicitar submarinos norcoreanos y misiles aire-aire, pero parece ser que estos acuerdos, según los medios especializados anteriormente mencionados, no parecen haber llegado a buen término.
Terra Actualidad - Europa Press
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