La comunidad budista se manifiesta en Valencia por la paz y en exigencia de los derechos humanos tras la represión militar Levante-EMV, Valencia
Decenas de personas, algunas de ellas con ropa de color azafrán, se manifestaron ayer en silencio por las calles de Valencia en solidaridad con Birmania y por la paz y la libertad en aquel país asiático.
La convocatoria surgió de los centros budistas valencianos, y los participantes desfilaron entre las plazas de Alfonso el Magnánimo y de la Virgen.
El color azafrán, identificativo del budismo en Birmania, simbolizaba la solidaridad de los presentes con los monjes que, hace unas semanas, protagonizaron un levantamiento cívico y pacífico contra la junta militar que gobierna el país con mano de hierro.
Aquel movimiento, que fue posteriormente secundado por numerosos ciudadanos, quedó ahogado en sangre y las asociaciones internacionales de derechos humanos han denunciado torturas, asesinatos y encarcelamientos masivos, incluyendo la de monjes budistas, colectivo que es muy respetado en Birmania.
En el manifiesto repartido ayer en la concentración de Valencia se hacía un llamamiento «a todos los líderes espirituales del mundo y a todas las personas de buena voluntad, sean o no religiosas, para que nos alcemos para poner fin al sufrimiento y la pérdida de vidas que asola Birmania y tantos otros lugares del mundo».
Los convocantes indicaron que la marcha de ayer «es un clamor silencioso pero contundente en el que manifestamos nuestro apoyo a los monjes y al pueblo birmano».
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