El carácter represivo de la Junta Militar que gobierna Birmania y una economía fallida es la causa de que hasta cinco millones de personas padezcan desnutrición en el país, denunció hoy el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU.
Pese a que en Birmania no hay escasez alguna de alimentos y que hace décadas era el mayor productor de arroz de todo el Sudeste Asiático, la agencia de la ONU alertó de que casi el diez por ciento de la población sufre hambre.
Según un comunicado del PMA, el régimen no logra hacer frente a las necesidades de una población en un país que presenta estadísticas sanitarias 'pésimas', donde uno de cada tres niños menores de cinco años presentan un peso por debajo del normal y el índice de mortalidad infantil es de 106 por cada 1.000.
La agencia de Naciones Unidas, una de las pocas organizaciones de ayuda humanitaria que siguen trabajando en Birmania a pesar de las constantes trabas de las autoridades, reparte actualmente alimentos a medio millón de birmanos, pero calcula que diez veces más ese número están desnutridos.
El PMA asegura que la Junta Militar continúa forzando a los campesinos a vender el arroz que cultivan al Gobierno por debajo del precio del mercado, y se resiste a flexibilizar las restricciones sobre las actividades comerciales que permitirían establecer una auténtica economía de mercado.
'Las autoridades birmanas deben acometer profundas reformas (...) la ayuda humanitaria es sólo un parche, y lo realmente triste es que los países donantes ni siquiera están dispuestos a financiar ese parche', indicó en la nota el director regional de la agencia de Naciones Unidas, Tony Banbury.
De los 51 millones de dólares comprometidos por los donantes para sus proyectos en el país, el PMA sólo ha recibido hasta el momento 16 millones de dólares.
La Junta Militar confirmó ayer que ha arrestado a casi 3.000 personas desde que comenzó la represión de las últimas protestas a favor de la democracia, y al menos 500 siguen en prisión, mientras anunció que seguirá buscando a más manifestantes.
El régimen admite la muerte de diez activistas opositores por la represión que ejerció contra las recientes manifestaciones pacíficas en el país, pero fuentes de la disidencia calculan que el número de víctimas se acerca a los 200 y que los detenidos superan ampliamente los 6.000.
Birmania (Myanmar) está gobernada por los militares desde 1962 y no celebra elecciones parlamentarias desde 1990, cuando el partido oficial perdió estrepitosamente ante la coalición opositora encabezada por la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, unos comicios cuyos resultados jamás fueron reconocidos por los generales.
Terra Actualidad - EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario