15/10/07

Gambari pide apoyo Gobierno tailandés para resolver crisis en vecina Birmania


El enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, se reunió hoy con el primer ministro de Tailandia, Surayud Chulanont, a quien pidió apoyo para resolver la crisis en Birmania.

Según los medios locales, Gambari se entrevistó antes con el ministro de Exteriores, Nitya Pibulsonggram, en la primera escala de su gira por cinco países asiáticos para intentar encontrar una solución a la situación en Birmania, a consecuencia de la represión militar contra las últimas manifestaciones pacíficas lideradas por los monjes budistas.

Antes de entrevistarse con Gambari, el general Chulanont, jefe del Ejecutivo interino instalado por los militares en Tailandia, indicó que su Gobierno no emprenderá ningún tipo de acción unilateral contra la Junta Militar birmana, aunque respaldará las iniciativas que se tomen en el marco de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, a la que pertenecen ambos países.

Tailandia gasta anualmente cerca de 2.000 millones de dólares en la compra de gas natural birmano, prácticamente la mitad del valor total de las exportaciones de Birmania.


Chulanont precisó que cualquier medida por parte del actual Gobierno interino creará problemas para el sucesor, que será elegido en las elecciones legislativas, previstas para el próximo 23 de diciembre.

La llegada de Gambari a Tailandia forma parte de los esfuerzos del enviado de la ONU, quien hace dos semanas visitó Birmania, donde instó al régimen a liberar a todos los presos políticos y los detenidos durante las marchas pacíficas, que fueron brutalmente reprimidas por las fuerzas de seguridad.

Después de Tailandia, el diplomático nigeriano se trasladará a Malasia, Indonesia, China y Japón.

Durante su visita a Birmania, Gambari pudo entrevistarse con la líder opositora y Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, quien se encuentra bajo arresto domiciliario desde 2003 y con quien la Junta Militar se ha comprometido a establecer canales de comunicación, si deja de promover el boicot económico y comercial de la comunidad internacional.

Sin embargo, la organización pro derechos humanos Amnistía Internacional denunció el sábado que soldados birmanos continúan arrestando a los líderes de las protestas.

Las autoridades de Birmania han admitido que diez personas murieron durante la represión de las marchas y que unos 2.700 manifestantes fueron detenidos, aunque fuentes de la disidencia calculan que el número de muertos llega a 200 y que la cifra de detenidos supera ampliamente los 6.000.



Terra Actualidad - EFE

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