6/10/07

El régimen birmano callado ante la ofensiva diplomática de la ONU

06-10-2007


El régimen militar de Birmania (Myanmar), que se aferra al poder tras dos décadas de esporádica presión internacional, no da hoy señales de ceder ante la ofensiva diplomática emprendida por Naciones Unidas a raíz de la violenta represión de las manifestaciones en favor de la democracia.

El diario 'Nueva Luz de Myanmar', órgano de propaganda de la Junta Militar que preside el general Than Shwe, salió el sábado a la venta sin mencionar en sus páginas la reunión celebrada la víspera en Nueva York por el Consejo de Seguridad de la ONU para abordar la crisis birmana, pero publicó un nuevo aviso de los generales a la oposición.

'Los grupos antigubernamentales deben comprometerse y ajustar sus políticas', señala el periódico oficial.

Casi al mismo tiempo que el enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, advertía desde Nueva York al régimen birmano de que la solución pasa por la puesta en libertad de los presos políticos y el diálogo, la televisión estatal de Birmania emitía un parte que acusaba a la Liga Nacional por la Democracia (LND), de Aung San Suu Kyi, de haber instigado a los monjes a manifestarse.

La acusación contra la LND fue hecha un día después de que transcendiera que el general Than Shwe estaba dispuesto a reunirse con Suu Kyi, siempre y cuando ella abandone lo que denominó actitud de 'confrontación'.

'Así llevamos ya muchos años, una y otra vez hemos iniciado un diálogo con el régimen militar para abrir un diálogo que no va a ninguna parte porque su postura es errática', dijo a Efe Win Hlaing, parlamentario de la LND exiliado en Tailandia.

La LND, que la Junta Militar califica de 'irrelevante' para la sociedad birmana y acusa de servir a los intereses de las grandes potencias occidentales, condiciona el comienzo del dialogo con los militares a la puesta en libertad de Suu Kyi, sometida desde junio de 2003 a un arresto domiciliario que los generales prorrogan cada seis meses, ignorando los llamamientos en favor de su liberación.

Según la versión del Gobierno birmano, el general Than Shwe comunicó el pasado martes al enviado especial de Naciones Unidas que Suu Kyi persigue la confrontación, la ruina de Birmania, y la imposición de sanciones económicas y de otros tipos.

La LND, con Suu Kyi al frente, venció por abrumadora mayoría en las elecciones legislativas celebradas en 1990, cuyos resultados nunca han sido acatados por los militares que gobiernan el país asiático sin interrupción desde 1962.

Las autoridades birmanas sólo admiten diez víctimas mortales en la represión de las protestas, aunque la disidencia eleva el número a unos 200, además de 2.093 personas detenidas, de las que ya han sido liberadas 692.

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