EFE/ADN - Una coalición de ONG solicitó hoy al Consejo de Seguridad de la ONU que adopte nuevas medidas para proteger a decenas de miles de niños de Birmania (Myanmar) atrapados en el conflicto entre el Ejército del país y diversos grupos armados.
Las organizaciones, reunidas bajo el nombre Watchlist on Children and Armed Conflict, presentaron en la sede de Naciones Unidas un documento con el que intentan llamar la atención sobre la suerte de la población infantil que reside en las regiones birmanas afectadas por el conflicto armado.
El documento de 60 páginas denuncia que los menores son víctimas de abusos sexuales, reclutamiento forzosos y secuestros por parte de los bandos involucrados en el conflicto.
También documenta muertes y mutilaciones, ataques a escuelas y la negación de ayuda humanitaria a las poblaciones que sufren las consecuencias de los combates.
"Naciones Unidas permanece en silencio sobre estas violaciones", aseguró en la presentación del informe la responsable de la organización Karen Human Rights Group, Esther Lay.
Por ello, la coalición de ONG insta al Consejo de Seguridad a imponer nuevas sanciones a la Junta militar birmana y a los grupos armados para obligarles a abandonar el reclutamiento de niños.
También insta al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a entregar informes detallados al Consejo de Seguridad sobre los abusos sexuales, los ataques a centros escolares y la negación de ayuda humanitaria que sufre la población infantil de Birmania.
El informe asegura que los niños, incluso de nueve años, corren el peligro de ser secuestrados en espacios públicos, como las calles o las estaciones de tren, para ser incorporados a las filas de las fuerzas combatientes.
Estas ocupan escuelas, plantan minas cerca de poblaciones, además de utilizar a maestros y alumnos como mano de obra esclava, indica.
Estas condiciones contribuyen a que uno de cada cinco niños en las áreas de conflicto en el oriente del país muera antes de cumplir los cinco años, sin acceder a la asistencia humanitaria y la atención médica que les deniegan las autoridades, asegura el documento.
La analista de Human Rights Watch (HRW), Jo Becker, señaló a la prensa que los cuadros medios del Ejército birmano compensan con el reclutamiento de menores las numerosas deserciones y la falta de voluntarios que deseen incorporarse a sus filas.
A ello se agrega las compensaciones que reciben agentes privados, que utilizan la intimidación, los engaños o la fuerza bruta para conseguir candidatos.
"Saben que atrapar a un niño en la calle y llevarlo a un centro de reclutamiento es una manera segura de hacer dinero", apuntó.
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