RANGÚN (AFP) — La líder opositora birmana, Aung San Suu Kyi, negó el martes en su juicio haber violado su arresto domiciliario, al que la junta militar de Rangún puso fin oficialmente tras casi seis años a pesar de mantenerla en la cárcel por la intrusión de un estadounidense en su casa.
Suu Kyi, de 63 años y premio Nobel de la Paz, testimonió por primera vez desde el comienzo de su juicio, el 18 de mayo, en la prisión de Insein, al norte de Rangún, donde permanece encarcelada.
"No lo hice", fue la respuesta de Suu Kyi, de 63 años, cuando un juez le preguntó si reconocía haber violado las restricciones de su arresto domicilio y aseguró haber ofrecido sólo un albergue temporal al estadounidense John Yettaw, que llegó a nado a su domicilio.
En una rara concesión por parte de los militares que gobiernan Birmania desde 1962, un grupo de diplomáticos y periodistas internacionales estuvo presente en la audiencia. Fue la segunda vez desde el comienzo del proceso.
Suu Kyi está formalmente acusada de haber albergado los días 4 y 5 de mayo a Yettaw, un ex veterano de 53 años que en circunstancias misteriosas nadó hasta su casa, a orillas del lago Inya, en Rangún.
Si es reconocida culpable, podría ser condenada a cinco años de cárcel. De los últimos 19 años, pasó 13 detenida, la mayor parte en arresto domiciliario.
El régimen birmano puso fin oficialmente el martes al último período de dicho arresto. Pero la "Dama" de Rangún seguirá en la cárcel, dado que está siendo juzgada.
Nyan Win, portavoz de la Liga Nacional para la Democracia (LND), precisó que un responsable de la policía entregó por la mañana a Suu Kyi una carta notificándole el levantamiento de las restricciones vinculadas al arresto domiciliario que cumplía desde 2003 y que vencía el miércoles.
"Esto hace más probable una pena de prisión más larga", que "la apartará del proceso político", estimó un diplomático occidental en Rangún.
Las cancillerías occidentales califican el actual juicio contra Suu Kyi de "farsa" para justificar que siga en detención cuando se lleven a cabo en 2010 unas elecciones convocadas por los militares.
Suu Kyi ganó las últimas elecciones en el país en 1990 pero los militares le impidieron asumir el poder.
Desde 2008, a la junta parece faltarle argumentos jurídicos para justificar el mantenimiento en detención de la opositora más allá de los cinco años autorizados por una "ley para proteger el Estado de los peligros representados por elementos subversivos".
En cuanto a su testimonio en la audiencia del martes, Suu Kyi dijo que la primera vez que supo de la extraña visita de Yettaw, fue cuando su asistente la despertó al amanecer del 4 de mayo para contarle que un hombre había llegado a su domicilio.
"No los informé", respondió cuando un juez le preguntó si había informado a las autoridades militares sobre la intrusión.
También se le preguntó si le había dado comida y si lo había albergado en su domicilio. "Le permití tener un refugio temporal", respondió Suu Kyi.
La líder de la oposición dijo que Yettaw partió a las 23H45 del 5 de mayo. "Sólo supe que se fue a la orilla del lago. No sé qué camino tomó porque estaba oscuro", declaró.
La junta militar está también enjuiciando a Yettaw -que dijo haber realizado su gesto por haber tenido la visión de que Suu Kyi iba a ser asesinada- y a las dos ayudantes que viven en el domicilio de la opositora.
Mientras que el rechazo a la manera de actuar de la junta aumenta en la comunidad internacional, más de 40 ministros de Relaciones Exteriores de Asia y la Unión Europea pidieron el cese de las restricciones a los partidos políticos en Birmania y una "liberación" rápida de las personas "detenidas".
Los ministros están reunidos en Hanoi para una reunión de la ASEM (que incluye además de los 27 países de la UE a los diez miembros de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático, más China, Corea del Sur, India, Japón, Pakistán y Mongolia).
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