La prensa - Una ONG defensora de los derechos en Birmania denunció este lunes que 36 personas murieron en una cárcel birmana cuando los guardas de seguridad abrieron fuego contra los presos amotinados durante el paso del ciclón Nargis el pasado fin de semana.
A pesar de que el ciclón destrozó muchos de los tejados de zinc de la prisión de Insein, en las afueras de Yangon, los guardianes obligaron a un millar de presos a aguantar el temporal en el vestíbulo de la prisión, denunció la ONG Asociación de Asistencia para los Prisioneros Políticos, con base en Bangkok.
Según esta organización, un grupo de presos encendió un fuego para mantenerse calientes, lo que provocó el pánico de los otros reclusos y se inició un motín.
Soldados y guardianes de la prisión dispararon contra los encarcelados para acabar con la revuelta. El motín dejó 36 muertos y 70 heridos, añadió la organización.
"Es una acción despiadada e innecesaria. Es brutal y reclamamos una investigación independiente sobre este asunto", exigió el secretario de esta ONG, Tate Naing.
El último balance ofrecido este lunes por las autoridades birmanas cifró en más de 10.000 los muertos por el paso del ciclón Nargis que devastó este fin de semana varias regiones de Birmania.
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