La Junta militar birmana finalmente dio este viernes su brazo a torcer y anunció que permitirá la entrada en el país de cooperantes "independientemente de su nacionalidad" para que asistan a los damnificados por el paso del ciclón 'Nargis' en el delta del Irrawaddy.
La concesión se ha producido tras la visita del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, quien se entrevistó hoy con el general Than Shwe, máximo dirigente de la Junta.
La decisión fue comunicada a Ban por el propio Than Shwe. "Ha accedido a dejar entrar a todos los trabajadores humanitarios", afirmó Ban, quien se encuentra precisamente en Birmania para persuadir al Gobierno de la necesidad de permitir la entrada de expertos humanitarios extranjeros que ayuden a aliviar los efectos del ciclón, que el pasado 2 de mayo afectó buena parte del delta del Irrawaddy y causó alrededor de 2,4 millones de víctimas, incluidos al menos 80.000 muertos y 50.000 desaparecidos.
Tras más de dos horas de encuentro en la capital oficial birmana, Naypyidaw, Ban afirmó ante la prensa que Than Swe había "accedido a permitir la entrada a todos lo cooperantes humanitarios independientemente de su nacionalidad" y aseguró que el general había decidido permitir que el uso del aeropuerto de la antigua capital, Rangún, como centro logístico para la distribución de la ayuda, que hasta ahora ha estado llegando al país asiático con cuentagotas debido a las restricciones impuestas por el Ejecutivo.
"Ha adoptado una postura bastante flexible", aseguró Ban a los periodistas. Este tipo de concesiones son muy poco habituales por parte de un régimen sometido a una fuerte presión internacional a causa de la violenta represión con que disolvió en septiembre del año pasado las manifestaciones a favor de la democracia.
Según los expertos, si los dirigentes militares no abren sus puertas a la asistencia internacional miles de personas podrían morir de hambre o por enfermedad en el delta del Irrawaddy. "Le insistí (a Than Shwe) en que es de crucial importancia que permita el acceso de los cooperantes lo antes posible y en que toda esta ayuda debe repartirse entre las personas necesitadas lo más rápidamente posible", manifestó Ban.
Un representante de la ONU aseguró posteriormente que, en virtud del acuerdo entre Ban y Than Swe, los cooperantes tendrán acceso a todo el delta del río y no sólo a Rangún "siempre que se trate de auténticos trabajadores humanitarios y que quede claro a qué se van a dedicar".
Desconfianza de las ONG
No obstante, Dan Collison, de la organización no gubernamental Save de Children, declaró hoy desde Bangkok que "nada" de lo dicho tras la reunión entre Ban y Than Swe "suena muy distinto" a lo dicho hasta ahora. "Ya hay trabajadores humanitarios de muchas nacionalidades diferentes en Birmania, pero están estancados en Rangún", añadió.
Por su parte, el portavoz de la organización World Vision en Bangkok, James East, se ha mostrado "prudentemente optimista". "Cualquier paso positivo es mejor que nada", afirmó. "Lo importante es acceder al delta", añadió.
Asimismo, la organización Oxfam Internacional ha recibido de forma positiva pero con cautela el anuncio sobre la apertura de acceso de los trabajadores humanitarios, pero ha alertado de que la verdadera prueba se superará cuando se consiga que la ayuda llegue a quienes la necesitan.
Birmania, uno de los diez miembros de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN), ha aceptado los vuelos cargados con material de asistencia procedentes de numerosos países, incluido Estados Unidos --muy crítico con el régimen--, pero hasta ahora ha intentado impedir la entrada de los expertos humanitarios occidentales en la zona del delta. No obstante, sí permitió que el jefe del Equipo de Respuesta para la Asistencia en Desastres para Birmania de Estados Unidos, William Berger, efectuase una visita de tres días al país guiado por la Junta.
Actualmente, en el delta están trabajando equipos médicos de India, China, Tailandia, Laos y Bangladesh, junto con médicos y voluntarios locales, según señalaron los medios de comunicación oficiales.
La UE pide el fin de los "obstáculos"
Por su parte, la presidencia eslovena de la Unión Europea reiteró hoy su llamamiento a la Junta militar para que convierte en "máxima prioridad" la retirada de todos los "obstáculos pendientes" que impiden la entrada de ayuda humanitaria internacional y su llegada a las zonas más afectadas.
Asimismo, recalcó la importancia de que haya "una respuesta internacional coordinada y efectiva" y pidió que de la conferencia internacional de donantes para Birmania, que se celebrará este próximo domingo 25 de mayo en Rangún, salgan "resultados concretos" que permitan promover la distribución de la ayuda humanitaria disponible y movilizar más recursos. También destacó la importancia de que haya "evaluaciones sólidas de las necesidades" sobre el terreno, con vistas a establecer "un plan de rehabilitación creíble".
Mientras, el comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria del Ejecutivo comunitario, Louis Michel, admitió este viernes su "alivio" por la decisión de las autoridades birmanas de permitir la entrada de cooperantes humanitarios internacionales pero reclamó a las autoridades birmanas que "proporcionen inmediatamente a la comunidad internacional los detalles prácticos del acuerdo".
Respecto a las aportaciones económicas, la ONU sigue intentando reunir los 201 millones de dólares pedidos de urgencia a la comunidad internacional, que deberían ser entregados a diez agencias de Naciones Unidas y nueve organizaciones no gubernamentales con la misión de suministrar agua potable, alimentos, abrigo, equipos médicos, redes antimosquiteras y demás material de ayuda humanitaria.
De momento se han recibido 50,3 millones correspondientes al llamamiento, 20,4 millones procedentes del Fondo Central de Respuesta de Emergencia de la propia ONU, según informó hoy la agencia humanitaria de noticias de Naciones Unidas, IRIN. Los donantes se han comprometido a entregar otros 42,5 millones de dólares.
En total ya se han aportado 109 millones de dólares --incluidos los correspondientes al llamamiento de la ONU-- para la crisis birmana, tanto en forma de dinero como a través de bienes en especie suministrados directamente a la Junta por varios países. Esta cantidad incluye también las donaciones recibidas por la Federación Internacional de la Cruz Roja y las contribuciones de organizaciones no gubernamentales.
Referéndum constitucional
En medio de todo, el Gobierno sigue adelante con su propósito de celebrar mañana el referéndum constitucional en las zonas afectadas por el ciclón que aún no han votado, concretamente Rangún y el delta del Irrawaddy. En la consulta celebrada el pasado 10 de mayo, el 'sí' obtuvo el apoyo del 92,4 por ciento de los votantes. El mismo día del referéndum la oposición denunció graves irregularidades durante la votación.
La carismática líder opositora Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde hace por lo menos cinco años, emitió su voto hoy ante las autoridades que la visitaron en su residencia de Rangún precisamente para recabar su voto, según informaron fuentes electorales locales.
La nueva Constitución de la República de la Unión de Myanmar (nombre oficial del Estado dado por la Junta), de 194 páginas y 15 artículos, fue redactada por una comisión estatal de acuerdo con los principios básicos adelantados por la Convención Nacional. El referéndum forma parte de los siete pasos de la 'hoja de ruta' anunciados en 2003 por la Junta Militar. El siguiente paso debería ser la celebración de elecciones legislativas multipartidistas en 2010.
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