LOS REBELDES DEL KAREN TIENEN LA SOLIDARIDAD, SIMPATÍA Y AYUDA DE MUCHOS EN EL MUNDO

PORQUE ALLÍ HASTA LAS MUJERES PELEAN

Un reportaje gráfico de nuestro corresponsal Tom Bleming. Textos: Aldo Rosado

Nuevo Accion - A pesar del continuo martilleo de la gran prensa internacional, tratando de subvertir los valores tradicionales del heroismo, el patriotismo y el amor a la libertad, aún quedan en el mundo muchos que siguen aferrados a ellos y vibran de emoción, cuando saben que en alguna parte del planeta que habitamos, no importa cuan lejano o desconocido, existen seres humanos, que lo sacrifican todo por los mlsmos ideales eternos de libertad y justicia.

En esta foto, podemos ver a una mujer canadiense y a dos norteamericanos de patrulla en territorio controlado por los rebeldes Karen de la República de Kawthoolei.

Porque, aunque lo nieguen los que pretenden destruir los valores de nuestra civilización, el heroismo es parte de ella y es una verdad universalmente aceptada, que cuando frente a una satrapía, una dictadura que esclaviza a un pueblo, fracasan todos los intentos de dialogar para lograr un cambio, que, cuando se han transitado los caminos del pacifismo, sin lograr frutos, a los pueblos solo les queda el heroico camino de la resistencia armada, confiando solamente en el propio valor y la propia decisión de ser libres o morir en el empeño.

En la foto de la izquierda, un extranjero con las guerrillas del Karen. A la derecha, nuestro corresponsal, Tom Bleming en un campamento guerrillero, nótese a una mujer cultivando un huerto.

Por eso, vemos, con envidia de la buena, que a los que desde este país y desde otros, ayudan materialmente a los rebeldes que pelean en las selvas de Myanmar contra la tiranía militar de la antigua Burma o Birmania, sin que se les aplique ninguna ley de neutralidad, ni se les restrinja sus movimientos, mientras que a los que tratamos de llevar la insurrección armada a nuestra amada patria, para descabezar la tiranía que nos ha oprimido por medio siglo, se nos persigue, se nos acosa, se nos restringen los movimientos y finalmente se nos encarcela, nos preguntamos, si todo esto no será, porque después del descabezamiento de los movimientos armadas de la década del sesenta del pasado siglo, nuestro pueblo ha presentado una imagen de resignación y obnubilación, una apatía descorazonante y una falta de deseos de tomar el destino en sus propias manos, mientras que ha puesto todas las esperanzas de liberación en manos extrañas y la juventud, en su inmensa mayoría, solo pretende escapar para satisfacer sus afanes hedonistas y unirse a la sociedad enajenante del consumismo sin freno, sin preocuparse del futuro de la patria, ni del bien común del pueblo.

Por el ejemplo que observamos hoy de la solidaridad con los rebeldes que pelean en las selvas de Myanmar, ( en la foto a la izquierda, una joven canadiense en Myanmar) estamos persuadidos, de que el día que nuestra patria para un líder, un joven, un puro, que retome los ideales que inspiraron a tantos héroes de esta ya larga lucha en contra del totalitarismo castrista, levante la bandera y marche al frente de los que se decidan al rescate, frente a todos los escollos, frente a todos los obstáculos, contra viento y marea, con la consigna de que "rueden los cielos si es necesario, pero que Cuba sea libre", las almas que aman la libertad, desde otras latitudes, se nos unirán en la lucha y no habrá nadie que pueda impedir que nos ayuden, porque nuestro pueblo estará demostrando con el ejemplo, que sí quiere ser libre y que ESTÁ DISPUESTO A PAGAR LA NECESARIA CUOTA DE SANGRE QUE ACOMPAÑA A TODA GESTA LIBERTARIA.

Es hora de convencernos, que frente al empecinamiento de los tiranos, no queda otro camino que el de la resistencia activa, ya sea la resistencia civica, la protesta callejera, el sabotaje, el levantamiento armado nacional, el golpe de estado por los militares no comprometidos, o todos estos métodos combinados, hasta que se logre el fin de la tiranía. Todos estos métodos son válidos. Lo único que no puede hacer un pueblo esclavizado es cruzarse de brazos y entregar su destino en ajenas manos.

Que el ejemplo de nuestros propios compatriotas, que nos antecedieron en la lucha, y de otros pueblos del mundo, como el de los rebeldes Karen, nos sirva de acicate.