La Junta Militar de Birmania, que se ha comprometido con Naciones Unidas a desbloquear la entrada de la ayuda humanitaria internacional, celebró hoy el referéndum constitucional en Rangún y la región del sur arrasada por el ciclón.
A la espera de que cumplan su promesa de abrir las puertas a los cooperantes extranjeros, los generales llevaron a cabo el segundo tramo del plebiscito que les garantizará la amnistía y cimentará el dominio militar de este país que rigen desde más de medio siglo.
El segundo tramo del referéndum tuvo lugar en Rangún y en el devastado delta del río Irrawaddy, mientras una gran parte de los cerca de 2,5 millones de supervivientes no han visto aún la ayuda o la reciben de forma ocasional.
La televisión estatal mostró imágenes de damnificados, ingresados en centros estatales de acogida, recibiendo de manos de funcionarios las papeletas para votar en el referéndum de la Constitución, que el Gobierno militar asegura es la columna vertebral de las elecciones democráticas previstas para el 2010.
'Las víctimas del ciclón no tienen ningún interés en votar, no entienden la Constitución y su gran preocupación es subsistir, pero los funcionarios hace días que van por las aldeas recordándoles que deben votar: sí', manifestó una joven de Laydaunghan, a las afueras de Rangún, la mayor ciudad y antigua capital.
En los colegios electorales de Rangún, la afluencia de votantes fue escasa durante toda la jornada, y en los del delta se desconocía dado que los accesos continuaban bloqueados por policías y soldados.
Muchos miles de personas, entre ellas la Nobel de la Paz y líder en cautividad del movimiento democrático, Aung San Suu Kyi, depositaron su papeleta la víspera en las urnas que portaban de casa en casa equipos móviles de funcionarios que recorrieron Rangún y las aldeas del delta
Fuentes de la oposición, segura de que la votación no influirá en el resultado final del referéndum, indicaron a Efe que tras la aprobación de la Carta Magna, la primera medida del Gobierno será ilegalizar la Liga Nacional por la Democracia (LND), que encabeza Suu Kyi, y la única de la oposición que resiste a la presión de los militares.
Las fuerzas de seguridad tomaron las calles de Rangún para impedir actos de protesta cuando entre la población resurge el malestar general por el continuo aumento de los precios de los alimentos básicos.
Desde primera horas, miles de policías y soldados custodiaban prácticamente cada esquina de la antigua capital, donde se produjo la mayor movilización de tropas desde las marchas a favor de la democracia del pasado septiembre, según pudo comprobar Efe.
Armados con porras, escudos y gases lacrimógenos, los agentes antidisturbios vigilan en especial aquellos lugares donde monjes, estudiantes u otros activistas puedan organizar pequeñas manifestaciones contra el régimen que preside el general Than Shwe.
Decenas de camiones militares rodean las pagodas de Shwedagon y Sule, ambas en el centro de Rangún.
'Tienen demasiado miedo desde lo que sucedió en septiembre', explicó el abad de un monasterio a las afueras de Rangún.
La votación se efectuó un día después de que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, arrancara al jefe de la Junta Militar el compromiso de levantar las restricciones de entrada al delta a los cooperantes extranjeros, y permitir la llegada al país de la ayuda humanitaria que ha ofrecido la comunidad internacional.
En las otras regiones de Birmania que no notaron los efectos del ciclón que causó cerca de 134.000 muertos y desaparecidos, la votación se desarrolló el pasado 10 de mayo.
El borrador constitucional fue aprobado en el primer tramo del referéndum por el 92,4 por ciento de los votos validos emitidos, según anunció la Junta Militar el pasado 15 de mayo.
Terra Actualidad - EFE
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