EFE - El relator especial de Naciones Unidas para Birmania, Sergio Pinheiro, destacó hoy la "correcta" colaboración de las autoridades birmanas en su última visita al país, aunque no percibió signos claros de voluntad de apertura del régimen.
En una teleconferencia de prensa celebrada en Ginebra, el diplomático brasileño mostró sus dudas de que la Junta Militar "haya decidido apostar realmente por el inicio de una apertura del régimen".
Tras cuatro años vetado por las autoridades, Pinheiro pudo regresar de nuevo al país el 11 de noviembre y durante su visita, de cinco días, gozó de una cooperación "correcta" por parte de las autoridades birmanas, según dijo.
Pinheiro mostró su satisfacción por los últimos gestos positivos de colaboración mostrados por la Junta, como la aceptación de su visita o la de Ibrahim Gambari, enviado especial del secretario general de la ONU.
No obstante, advirtió de que "no se puede concluir que el Gobierno esté completamente dispuesto a cooperar en reformas para implementar los derechos humanos".
En cuanto a los datos de la represión contra las recientes manifestaciones populares, el relator no quiso desvelar el número de detenidos ni de muertos que maneja hasta que presente su informe, en diciembre próximo.
Sin embargo, precisó que dispone de datos del Gobierno de que se ha liberado a unas 3.100 personas encarceladas, "lo que indica que, al menos, hubo una cifra igual de detenidos".
Según Pinheiro, la Junta reconoce haber tenido encarceladas a 1.900 personas en una escuela técnica de Insein, al norte de Rangún, que fue habilitada para dar cabida a los detenidos.
Las cifras oficiales hablan de sólo 93 personas todavía en prisión, aunque Pinheiro manifestó hoy sus dudas de que sea el número correcto y explicó que está analizando informaciones paralelas para poder precisar más.
En cuanto a los fallecidos, el relator se remitió a los datos oficiales, que hablan de 14 muertos, además del periodista japonés, aunque se refieren sólo a Rangún, ya que se desconoce si hubo más víctimas en otras ciudades birmanas.
El diplomático mostró su preocupación por lo que sucede en las horas posteriores a los arrestos, en los interrogatorios, aunque no quiso desvelar si los cinco detenidos con los que pudo hablar en privado durante su reciente visita denunciaron torturas.
Pinheiro instó a la comunidad internacional a mantener Birmania entre sus prioridades, como ocurre en los últimos meses a raíz de las represiones contra los manifestantes.
"Si esa preocupación pierde fuerza, perderemos una buena oportunidad para que exista una transición política en Birmania", concluyó.
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