Pinheiro dice que se retirará inmediatamente si se le prohíbe el acceso a los presos políticos.
El relator de Derechos Humanos de Naciones Unidas Paulo Sergio Pinheiro, arribó a Birmania en su primera visita en cuatro años.
Pinheiro pretende investigar acusaciones de abusos durante las multitudinarias protestas de septiembre pasado y determinar cuántas personas murieron.
Según el gobierno birmano, la cifra de víctimas fatales asciende a 10, pero otras fuentes aseguran que se eleva al centenar.
El funcionario aseguró que se retiraría inmediatamente si la junta militar le niega el acceso a los prisioneros políticos.
Se espera que el relator presente un informe ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en su próxima sesión, entre el 10 y el 14 de diciembre próximos.
Reuniones
La visita de Pinheiro sigue a la que acaba de realizar el enviado especial de Naciones Unidas, Ibrahim Gambari, quien durante seis días se reunió con funcionarios gubernamentales y con la detenida líder opositora Aung San Suu Kyi.
El relator quiere investigar cuántas personas murieron durante las protestas.
El pasado viernes la dirigente recibió autorización para reunirse con miembros de su partido, la Liga Nacional por la Democracia, por primera vez en más de tres años.
Poco antes, San Suu Kyi tuvo un encuentro con un funcionario del gobierno designado para conducir el diálogo con la oposición.
Según fuentes periodísticas, el permiso otorgado a Pinheiro para visitar el país puede ser interpretado como una "concesión" de la junta militar.
Sin embargo, el corresponsal de la BBC en Asia Andrew Harding dice que la efectividad del viaje dependerá de si se permite al relator acceso libre a los presos políticos.
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