17/3/08

Generales ignoran a la ONU y la UE

Por Marwaan Macan-Markar y David Cronin

BANGKOK/BRUSELAS, 11 mar (IPS) - La visita del enviado especial de la ONU a Birmania terminó con un fracaso. Mientras, en el ámbito diplomático descreen de la eficacia de las sanciones económicas de la Unión Europea (UE) como medio de presión a la dictadura militar de ese país.

Al cabo de la tercera visita de Ibrahim Gambari, se confirmó que la junta militar no está de humor para cambiar sus planes políticos. Al enviado de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) se le hizo pasar varios momentos difíciles entre su llegada el jueves y su partida el lunes.

La instancia más crítica fue la reunión con el ministro de Información, general Kyaw Hsan, quien le aseguró que era "imposible" realizar cambios al proyecto de constitución aún no aprobado pero discutido por una asamblea designada a dedo por el régimen.

También quedó descartada la posibilidad de un diálogo significativo entre la junta y la líder de la oposición prodemocrática, Aung San Suu Kyi, quien se encuentra en arresto domiciliario, o con su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND).

Kyaw San acusó a la premio Nobel de la Paz de arrojar obstáculos contra ese diálogo. Y afirmó que el líder de la junta, general Than Shwe, accederá a reunirse con ella si abandona su "actitud de choque", en especial su exhortación a imponer sanciones contra la dictadura.

Además, el ministro acusó a Gambari, un experimentado diplomático nigeriano, de parcialidad en favor de Suu Kyi y de asumir un punto de vista "occidental".

El régimen mostró así la posición más dura hacia Gambari desde que el funcionario comenzó su misión, luego de la sangrienta represión en septiembre de decenas de miles de manifestantes pacíficos y desarmados encabezados por monjes budistas.

Al mismo tiempo que Gambari partía desde el aeropuerto de Rangún, el diplomático retirado Barry Desker, de Singapur, advirtió en un seminario en Bruselas que las sanciones económicas de la UE no tendrían efecto alguno sobre la junta militar birmana.

La prohibición a la importación de piedras preciosas, madera y metal desde Birmania fue impuesta en octubre, en respuesta a la represión, y, según Desker, tienen el objetivo de salvar la conciencia de algunos políticos europeos.

Pero la principal inversión europea en el país asiático, la de la compañía petrolera francesa Total en el campo gasífero de Yadana, continúa intocado, recordó el diplomático, negociador comercial de Singapur en los años 90, en declaraciones a IPS.

Birmania es un "blanco fácil" para Occidente, aunque otros países tienen una situación peor en materia de democracia y de derechos humanos, agregó el hoy rector de la Escuela S. Rajaratnam de Estudios Internacionales de Singapur. "Pero nadie toma medidas contra Arabia Saudita", advirtió.

Los países extranjeros, incluidos los socios de Birmania en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), tienen poca influencia en Birmania, cuya junta "es suspicaz frente al mundo exterior", indicó.

El "mal rato" ofrecido a Gambari en su visita respondió a la intención de la junta de "mostrar a Birmania como país soberano que no necesita el involucramiento de la ONU", dijo a IPS el portavoz del proscripto Partido Democrático para una Nueva Sociedad, Zaw Min.

"Resulta claro que la junta birmana no respeta a los enviados de la ONU", anotó Mark Farmaner, director de la Campaña por Birmania en Gran Bretaña, en un comunicado divulgado desde Londres. "Es hora de que la ONU adopte un nuevo enfoque y que el secretario general (Ban Ki-moon) lidere el esfuerzo", sostuvo.

La junta anunció la celebración de un referéndum constitucional en mayo y de elecciones generales para 2010, en los cuales Suu Kyi estará proscripta.

Birmania ha sido gobernada por sucesivas juntas militares desde el golpe militar de 1962. En 1990, después de un levantamiento popular brutalmente reprimido, se realizaron elecciones generales en las que la LND obtuvo una abrumadora mayoría.

La junta desconoció el veredicto de la ciudadanía, se atornilló en el poder y persiguió a los opositores, la mayoría de cuyos principales dirigentes están hoy en el exilio o en la cárcel.

Desde 1992, la ONU designó, a fin de considerar la situación en Birmania, a tres enviados para derechos humanos y a otros tres de carácter político. Ninguno de ellos logró aliviar la represión.

La intención de la junta es implementar una "hoja de ruta" de siete pasos, entre los que figura la constitución de un "estado democrático, desarrollado, disciplinado y próspero", para lo que pretenden afianzar su poder mediante la reforma constitucional.

"China apoya a la junta detrás de bambalinas", dijo Zin Linn, portavoz de la Coalición Nacional de Gobierno de la Unión de Birmania radicado en Tailandia luego de desconocido el resultado de las elecciones de 1990. "Sin el apoyo de China, la junta no se animaría a enfrentarse con la ONU."

Pero el responsable del departamento de relaciones con el sudeste asiático de la Comisión Europea (rama ejecutiva de la UE), Seamus Gillespie, dijo que le "sorprendería mucho si el gobierno birmano resulta 100 por ciento insensible" a las críticas internacionales.

"Creo que algún mensaje les está llegando, aun cuando no en la fuerza suficiente y en el momento adecuado", concluyó

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