A pesar de la prohibición, copias pirateadas de la película están ampliamente disponibles en las calles de la antigua capital, donde se está convirtiendo rápidamente en un tema de conversación entre la población, deseosa de quitarse de encima 45 años de gobierno militar.
"La gente se está volviendo loca con la cita 'Live for nothing, die for something' (Vive por nada, muere por algo)," formuló un residente, refiriéndose al lema de la cuarta entrega de Rambo, que se estrenó en Estados Unidos esta semana.
Incluso a pesar de que recibió críticas indiferentes, posiblemente se convierta en un éxito seguro entre los oponentes a la junta, y algunos esperan que pueda desatar deseos de un cambio de gobierno en la empobrecida nación del sudeste asiático.
"Esta película podría avivar el sentimiento del pueblo de Myanmar para que invite a las tropas estadounidenses a ayudarlo a salvarlo de la junta," dijo a Reuters un residente de Rangún a través de un correo electrónico.
En la película, John Rambo, interpretado por la superestrella de Hollywood Sylvester Stallone, sale del retiro en Bangkok para salvar a un grupo de misioneros cristianos tomados cautivos por las tropas en las junglas del este de Myanmar.
Como las películas anteriores de Rambo, le falta trama y le sobran sangre y agallas, aunque los espectadores parecen pensar que todo es relativo.
"Rambo actuó muy cruelmente, pero su crueldad no es nada en comparación con la de la junta militar," advirtió a Reuters un estudiante de Myanmar en Tailandia, que no deseaba ser nombrado.
(Reporte de Redacción Bangkok; Escrito por Ed Cropley. Editado en español por Silene Ramírez)
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