Bangkok. (EFE).- La principal opositora birmana y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, lamentó las injusticias cometidas en su juicio por haber violado los términos del arresto domiciliario que cumplía desde 2003, según uno de los abogados que la defiende.
"Suu Kyi se encuentra bien, pero lamenta las injusticias que se cometen en su caso y me pidió que continuase la batalla legal", declaró el letrado Nyan Win a la salida de la penitenciaría de Insein, a las afueras de Rangún, según fuentes de la disidencia.
Nyan Win, también portavoz de la Liga Nacional por la Democracia (LND), la formación política de Suu Kyi, indicó que se reunió con su clienta durante una hora y media para tratar el fallo de la víspera en un juzgado de Rangún, que les autorizó a presentar un testigo más pero les fueron rechazados los otros dos que pedían, y de otros pormenores del proceso.
El abogado confirmó que mañana recurrirán en el Alto Tribunal de Birmania (Myanmar) contra esta sentencia y defenderán su derecho a tener los dos testigos que piden. Se trata del vicepresidente de la LND, Tin Oo, en arresto domiciliario, y del veterano periodista Win Tin, miembro del partido.
Win Tin fue el preso político más veterano de Birmania hasta su excarcelamiento en 2008 y ha encabezado una protesta pacífica en el exterior de Insein todos los días que se han celebrado vistas orales en el juicio contra Suu Kyi.
El equipo de la defensa presentó cuatro testigos y los dos jueces militares que presiden la sala solo autorizaron al jurista Kyi Win, de la defensa, mientras que la fiscalía propuso 22 testigos, todos fueron aceptados y al final solo llamó al estrado a 14, la mayoría de ellos miembros de los cuerpos de seguridad.
Kyi Win declaró el 28 de mayo y desde entonces las vistas orales están aplazadas mientras se litiga en otros juzgados el derecho de Suu Kyi a una defensa justa.
El otro testigo autorizado la víspera es la abogada Khin Moh Moh, también del equipo de Suu Kyi.
La continuación del juicio estaba prevista para el próximo viernes, pero Nyan Win opinó que mientras no se dirima este asunto no será posible retomar las vistas.
Naciones Unidas, Estados Unidos y otros gobiernos han pedido la liberación inmediata de Suu Kyi.
En caso de ser condenada, la principal opositora birmana afronta una pena máxima de cinco años de prisión, lo que la impediría concurrir a los comicios parlamentarios que se celebrarán el año próximo.
Birmania está gobernada por un régimen militar desde 1962 y no celebra elecciones desde 1990, cuando la LND ganó con más del 82 por ciento de los votos mientras su líder, Suu Kyi, cumplía su primer año de arresto domiciliario.
La Junta Militar nunca acató el resultado de las urnas y ha mantenido a Suu Kyi sin libertad de movimientos 13 de los últimos 19 años.
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