(Foto: Reuters)
Birmania, uno de los países más pobres y más cerrados del mundo, es también un destino turístico que atrae con sus pagodas de oro, sus rubíes y sus tradiciones ancestrales. Situada entre China, India, Bangladesh, Tailandia y Laos, fue protectorado británico desde 1886 y sólo alcanzó su independencia en 1945. Desde 1962 lo dirige una sucesión de juntas militares que se mantienen en el poder a costa de una represión constante y sin escrúpulos. “Todo el país es una inmensa cárcel. Todo está controlado, cada escuela, cada casa, por los comités locales, los informadores y gente de los servicios secretos”, precisa el escritor y periodista Loo Doo Shen Wen, que fue prisionero político en Birmania. En septiembre de 2007, miles de birmanos, encabezados por unos diez mil monjes budistas, manifestaron de forma pacífica contra el aumento de un 100% en el precio del combustible y otras alzas en los productos de primera necesidad. A este movimiento se le bautizó de inmediato como la “revolución azafrán”, evocando el color de las túnicas de los monjes. La represión fue violenta y el mundo entero pudo enterarse de ella gracias, en parte, a la Democratic Voice of Burma, medio de comunicación cuya sede se encuentra en Oslo, la capital de Noruega. Uno de sus fundadores, Aye Chan Naing, explica: “Tenemos una red de mucha gente en la región y unas 30 o 40 personas dentro de Birmania que filman e informan sobre lo que ocurre. Gracias a estos periodistas ciudadanos tenemos imágenes de la vida cotidiana y del conflicto armado que opone a la dictadura con varias comunidades autóctonas con la intención de aniquilarlas". La emblemática opositora Aung San Su Kyi, premio Nobel de la Paz, en arresto domiciliario desde 1990, subraya que “si los Derechos Humanos son constantemente golpeados nadie puede garantizar los otros derechos". En la Organización de Naciones Unidas existe un relator especial sobre Birmania, el cual pudo por primera vez realizar una visita del país en noviembre de 2007. El informe del relator Paulo Sergio Pinheiro destaca que después de los eventos de 2007 “siguen habiendo entre 500 y mil detenidos y debe haber más de los 15 muertos que reconoce el Gobierno. También hay desapariciones, pero es muy difícil investigar".
Entrevistados: Loo Doo Shen Wen, periodista y escritor; Aye Chan Naing, de Democratic Voice of Burma; Ne-Heng, militante del Partido Democrático por una Nueva Sociedad; He King Man, abogado; Aung San Su Kyi, premio Nobel de la Paz; Paulo Sergio Pinheiro, relator especial de Naciones Unidas sobre Birmania; Harn Yawnghwe, director de Euro Birmania en Bruselas; Louise Arbour, alta comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas; Sein Win, primer ministro birmano en el exilio, y Thaung Htun, representante ante Naciones Unidas del Gobierno birmano en el exilio.
Un programa de Véronique Gaymard
Realización: Yocasta GómezRadio France Internationale
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