RANGÚN (AFP) — El nuevo enviado de la ONU para los derechos humanos en Birmania tenía previsto realizar este domingo su primera misión en ese país asiático, en el que su anterior predecesor logró pocos avances en su intento de presionar a la junta miliar en favor de reformas y apertura.
El representante de Naciones Unidas, Tomas Ojea Quintana, que tomó posesión de su cargo en mayo, tenía previsto llegar a Rangún este domingo por la tarde.
Ojea Quintana expresó su deseo de viajar a las zonas afectadas por el ciclón Nargis, que hace tres meses azotó el sur del país y causó más de 138.000 muertos o desaparecidos y 2,4 millones de damnificados.
El enviado de la ONU terminará el jueves su misión, en la que espera reunirse con responsables del poder, de grupos étnicos y de la oposición para intentar abrir un diálogo con los generales sobre la mejora de los derechos humanos en Birmania.
"Probablemente irá a (la capital) Naypyudaw el miércoles para encontrarse con los responsables de nuestro gobierno", dijo una fuente oficial que pidió el anonimato.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos, gobiernos extranjeros y la ONU acusan a la junta militar birmana de graves violaciones, que incluyen la supresión de la democracia, la persecución de minorías étnicas, el encarcelamiento de disidentes y la violenta represión de las protestas de septiembre de 2007.
Quintana dijo en junio que la situación de los derechos humanos en Birmania "no ha mejorado" desde el último informe de su precursor Paulo Sergio Pinheiro, cuyo mandato acabó en abril.
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