La jefa del movimiento democrático birmano y bajo arresto domiciliario desde 2003, Aung San Suu Kyi, se negó reunirse ayer con el ministro de Trabajo Aung Kyi, nombrado el año pasado por la Junta Militar de Birmania (Myanmar) 'enlace' con la oposición y la ONU, informaron hoy miembros de la oposición.
 Suu kyi rechaza reunirse con el enlace de la junta | |
Hace dos semanas, durante la visita que hizo al país el enviado especial de la ONU para Birmania, Ibrahim Gambari, la opositora birmana también rehusó, en dos ocasiones, entrevistarse con el diplomático del organismo multilateral por la misma razón.
Suu Kyi tampoco recibe las habituales provisiones para la semana desde el 15 de agosto, cuando les dijo a los recaderos que no volviesen hasta que les avisara.
Sin embargo, se entrevistó el lunes pasado por la mañana con su abogado, Kyi Win, quien después comentaría que Suu Kyi ha adelgazado pero se encuentra bien de salud.
El portavoz de la LND, Nyan Win, apuntó en aquella ocasión que la opositora birmana tenía una cita con su médico de cabecera, Tin Myo Win, el 4 de septiembre.
'Ella tiene un acuerdo con el Gobierno para que la examine el médico todos los meses. La última visita fue el 17 de agosto y le permitirá volver el 4 de septiembre', señaló Nyan Win.
El régimen militar tiene confinada a Suu Kyi en su vieja residencia de Rangún, la antigua capital del país, desde hace cinco años, sin teléfono ni internet y con las visitas contadas.
El diálogo entablado con el nuevo 'enlace' en octubre de 2007 no ha modificado su situación ni de la oposición democrática, por el contrario, la Junta Militar consiguió en mayo que se aprobase en las urnas por una mayoría superior al 90 por ciento la Constitución que elaboró para legitimar su dictadura y asegurarse su continuidad al frente del país.
La nueva Carta Magna, además, impide a Suu Kyi aspirar a la jefatura del Gobierno en las elecciones generales que las autoridades han anunciado para 2010, y en las siguientes, salvo que se enmiende, pero para ello necesitan el apoyo del cupo que el cuerpo castrense se ha reservado en el Legislativo.
La Asociación de Asistencia a los Presos Políticos en Birmania denunció ayer que continúan los arrestos de opositores en el país, pese a las promesas del Gobierno de permitir la celebración de comicios pluripartidistas.
En agosto, los cuerpos de seguridad birmanos detuvieron a 39 activistas y 21 de ellos fueron condenados a penas de prisión, según este grupo que tiene contabilizados 2.052 presos políticos en Birmania.
La Junta Militar birmana no reconoce ningún preso político y mantiene que las penitenciarias del país solo contienen delincuentes.
Terra Actualidad - EFE
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