El trámite para que Suu Kyi pudiera verse con sus abogados se demoraba antes unos tres días, pero con la nueva regulación se han añadido al menos cuatro jornadas más, según Nyan Win, uno de sus letrados.
Nyan Wyn señaló que también les han prohibido hablar de los casos con personas ajenas al proceso.
Hasta el pasado día 10, los legistas solicitaban un permiso de visita a la Policía y por lo general tenían la respuesta en tres días.
A partir de ahora, primero deberán escribir una carta en la que Suu Kyi autoriza la entrevista, presentar el escrito a la Policía, que un agente lo lleve a la casa de la detenida, en Rangún, que lo firme y que sea devuelto a la comisaría pertinente, y luego continuar con el proceso que se cumplía antes.
Las autoridades birmanas no han ofrecido explicaciones para complicar el contacto de un detenido con sus abogados, en este caso el de la Nobel de la Paz de 1991, quien ha vivido bajo arresto domiciliario 15 de los últimos 21 años.
El régimen militar birmano, tiene a unos 2.200 presos políticos encerrados que se ha negado a excarcelar para que participen en las elecciones legislativas que organizará este año, pese a la presión internacional, porque los considera delincuentes comunes.
Suu Kyi, su recién disuelto partido, La Liga Nacional para la Democracia (LND), y otras formaciones han boicoteado estos comicios por antidemocráticos.
Birmania está gobernada por los militares desde la asonada del general Ne Win, en 1962
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