NLI - La situación de Internet en algunos países dista de ser perfecta, pero en muchos de ellos la política se ha situado por encima de la tecnología y ha convertido el acceso a la información global en algo prácticamente imposible para sus habitantes. Si la información es poder, aquí es el poder el que pretende simplemente controlar la información.
La lista de países en los que el acceso a Internet no es algo universal y libre, en los que no se respeta el concepto de neutralidad de la Red y en los que muchos de los derechos civiles de los ciudadanos se considera algo secundario es amplia. Muchos de ellos son países en desarrollo, donde probablemente sus ciudadanos tienen problemas más serios y urgentes que conectarse para navegar por la Web, pero tal vez poder acceder a Internet pudiera ser precisamente parte de la solución de sus problemas. Reporteros sin fronteras denomina al grupo de países más extremo los 15 enemigos de Internet. Entre ellos hemos elegido tres especialmente significativos del tipo de problemas con que se enfrentan los internautas que habitan en estos «agujeros negros digitales»…
- Birmania - Con una población similar en tamaño a la española, sólo lleva conectado a Internet desde 2000, así que puede hablarse sin duda de una incorporación tardía. Su banda ancha es realmente estrecha y hasta hace unos años había sólo unas pocas decenas de miles de usuarios conectados, apenas unos cientos con líneas ADSL de baja velocidad (512 Kbps). El gobierno obliga a los proveedores a utilizar un software que filtra Internet, de modo que muchos servicios marcados en una lista negra simplemente no son accesibles. Los cibercafés de la región se dividen entre los que cumplen con las normas del gobierno y piden la documentación personal de quien quiere acceder a Internet (realizando además capturas de pantalla cada cinco minutos) y los que intentan saltarse los filtros mediante proxies y otras artimañas técnicas. Irónicamente, el software para bloquear Internet en Birmania, llamado Fortinet, lo proporciona al gobierno una empresa estadounidense que cotiza en el mercado de empresas tecnológicas norteamericano.
- Irán - Este polémico país de oriente medio es uno de los más avanzados de la región en cuanto al desarrollo de Internet se refiere. Fue de los primeros en 1993 en contactarse a la red mundial, y con un amplio porcentaje de la población incorporada a Internet no fue hasta pasados unos años que el gobierno y, especialmente el consejo de líderes religiosos, decidió «meter mano» usando la censura para evitar lo que consideraban indecente. Mientras tanto, el mundo veía cómo a principios de 2001 surgían literalmente decenas de miles de blogs en persa alojados en servicios como PersianBlog.ir. Poco después, el gobierno comenzó a obligar a los proveedores de acceso y cibercafés a filtrar los contenidos, especialmente en busca de pornografía pero también de informaciones contrarias a la ideología dominante. Para tener un cibercafé hay que estar casado y profesar alguna de las religiones aceptadas de la región; además no está permitido usar la conexión a Internet para comunicaciones de voz-sobre-IP u otras aplicaciones distintas de los servicios más simples. Decenas y decenas de usuarios y bloggers han pasado por la cárcel por difundir sus ideas, incluyendo alguno de los bloggers más veteranos del país.
- Cuba - Aunque Cuba se incorporó temprano a Internet, allá por los 90, principalmente a través de conexiones telefónicas desde la universidad con Venezuela, lo cierto es que las condiciones con que se encuentran sus habitantes para conectarse son más propias de mediados de los 80 que del siglo XXI. El principal problema todavía hoy en día es conseguir el equipamiento necesario: hasta hace poco los ordenadores personales (como las fotocopiadoras) estaban prohibidos para los particulares y sólo podían conseguirse del Gobierno tras rigurosos controles y papeleos. Tan solo un pequeño «círculo de confianza» de profesores, investigadores, empleados del gobierno y extranjeros radicados en la isla tenían acceso a la Red, siempre bajo un control supervisado. Aunque años después se autorizó la venta de teléfonos móviles, ordenadores y en septiembre 2009 el acceso a Internet, el asunto tenía sus matices: los particulares no pueden acceder desde casa porque los precios son sencillamente prohibitivos. Internet se considera «una herramienta de uso social, por lo que el acceso está principalmente disponible en cibercafés y hoteles. En un hotel la conexión cuesta unos 7 dólares la hora y la tarifa oficial para particulares es de 150 dólares al mes, aunque existen conexiones «piratas» para algunos privilegiados que pueden conseguirse por 40 ó 50 dólares al mes. Todo esto en un país donde el sueldo medio de un cubano es de 20 dólares al mes, unos 15 euros. Estableciendo un paralelismo, es como si en España los mileuristas pudieran acceder a Internet desde su casa al módico precio de… 7.500 euros mensuales.
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